Hay cosas que la medicina no puede solucionar.
El otro día estaba tranquilamente sentada en mi sofá de mi salón viendo un capítulo de Anatomía de Grey, una de mis series preferidas.
En este capítulo se contaba como una madre iba a tener quintillizas, todas niñas, después de haber tenido trillizos llega al hospital porque dentro de poco tiempo iba a dar a luz a tan maravillosas criaturas.
A lo largo del capítulo la madre experimenta fuertes dolores y tuvieron que hacerle una cesárea urgente para sacar a las niñas.
Después los médicos dijeron que dos de los bebés no sobrevivirían, lo que provocó que la madre sufriera un profundo rechazo ante sus hijas para no sufrir más de lo necesario.
Los médicos no encontraban ninguna solución para su caso, muriendo en el camino uno de ellos porque estaba muy enfermo.
Al final del capítulo a uno de los médicos se le ocurrió juntar a dos de las niñas para que entraran en contacto y, milagrosamente mejoraron.
Esto me sorprendió y me emocionó el poder que ejercen los hermanos entre sí para cuidarse unos de otros.
Ese vínculo tan fuerte y perfecto nadie lo podrá romper.
"El abrazo del rescate". La primera semana de vida de estos gemelos, cada uno en una incubadora. Aparentemente uno no se esperaba que sobreviviera. Una enfermera del hospital, en contra de las reglas del hospital, puso a los bebés en la misma incubadora. Cuando los pusieron juntos, el más sano de los dos, puso su brazo sobre su hermana, "abrazándola". El ritmo del corazón del bebe mas pequeño se estabilizó y su temperatura se normalizó. Ambos bebés sobrevivieron. Y el hospital cambió sus normas después de ver el efecto que produce el estar juntos los bebés.
ABRAZAR,... una grandiosa medicina. Transfiere energía y es un gran estímulo emocional. Dicen que necesitamos cuatro abrazos al día para sobrevivir, ocho para mantenernos, y doce para crecer. No sólo es bueno, es NECESARIO...
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