El caso de
Phineas Gage:
¿El alma
reside en el cerebro?
En el
siglo XX, los avances de la neurología parecieron mostrar que la parte
espiritual del hombre se reducía a un compuesto puramente material. La mente
era sencillamente una complicación material del cerebro y el sistema nervioso,
y por tanto se reducía a su componente más orgánico. Todo lo mental podía ser
convertido a su trasfondo material y fisiológico. Aunque el enfoque más radical
de esta teoría es de hace más de medio siglo, la neurología actual continúa
siendo seguidora, con matices, de esta teoría (Antonio Damasio, Dennet…)
El
materialismo fisicalista apoya su teoría de la identidad mente-cerebro en
diversos descubrimientos de tipo científico, tales como que si se dañan
determinadas partes del cerebro se pierden ciertas capacidades mentales, así
como que diversos productos orgánicos (drogas) pueden provocar cambios en el
estado de ánimo. El teórico de la identidad aspira en un futuro a que todos los
procesos mentales puedan ser explicados
en términos neurológicos.
Así
los defensores de un espíritu asociado a la mente eran considerados un atraso
anacrónico. Palabras como “mente” o
el “espíritu” eran un arcaísmo, un lenguaje poco evolucionado que debería ir
dejando el paso a un vocabulario más científico. Así, según sus
defensores, Mariló no podría decir por
ejemplo “siento dolor en el dedo del pie”
o Inma “echo de menos a mi amiga”.
Lo más acertado de Mariló sería decir: “los
estímulos sensoriales provocados por un pisotón, han afectado las fibras C y
han hecho que llame a eso daño” o de Inma “la falta de una percepción deseada (amiga) hace que las fibras X del
sistema nervioso produzcan lágrimas”. Cosas como el amor y los
sentimientos, entendido de esta forma es pura física y química y la libertad
humana no existe: estas serían las conclusiones a las que llegarían estos
filósofos.
http://www.youtube.com/watch?v=KFkB_xe29Uk
http://www.youtube.com/watch?v=DSTy8GYGsIQ
Antonio Damasio en su
famoso libro El Error de Descartes,
describe un caso clínico muy peculiar que corresponde bien con su
interpretación del cerebro y la mente. Phineas Gage era un obrero del
ferrocarril americano del siglo XIX. Capataz, modelo de trabajador
competente, era muy admirado en su compañía por su precisión y eficacia
trabajando con las demoliciones de pólvora. Sin embargo un trágico accidente
en una de esas demoliciones produjo que una barra de hierro le atravesara un
ojo y perforara el cerebro, saliendo por el lado superior del cráneo.
Sorprendentemente, Phineas Gage sobrevivió a la herida y volvió a hacer su
vida normal. Sin embargo, rápidamente se dieron cuenta que el nuevo “Phineas
Gage” no tenían nada que ver con la persona que antes habían conocido. Se
había vuelto muy rudo, sin habilidades sociales, impaciente, y rápidamente
perdió su trabajo. Incapaz de cambiar su comportamiento, acabó trabajando en
granjas, en un circo, pero no se mantenía en ningún sitio por mucho tiempo. Murió
en la más absoluta miseria: incomprendido por una sociedad que no fue capaz
de detectar su problema clínico.
Los médicos de entonces no
se podían explicar ese cambio en su psicología, y por más que intentaron reeducarle, se dieron cuenta que era totalmente
inútil. El hecho dejaba una constancia clara para la posteridad: la parte
inferior del cerebro, que supuestamente no servía para nada, actuaba como
regulador de nuestras decisiones y nuestras habilidades sociales. El alma (y
con ello la ética y la libertad) tenía una base puramente material, basada en
la actividad del cerebro.
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